En la legislación química europea, muchas de las decisiones más delicadas, como conceder o denegar una autorización o prohibir el uso de una sustancia peligrosa, no se basan solo en ciencia. También intervienen factores como el impacto económico, la viabilidad técnica de las alternativas o el equilibrio entre riesgos y beneficios.
Aquí es donde entran en juego dos herramientas clave del proceso de autorización REACH y del Reglamento de Biocidas (BPR): el Análisis Socioeconómico (SEA) y el Análisis de Alternativas (AoA).
¿Qué es un SEA (Análisis Socioeconómico)?
El Análisis Socioeconómico es una evaluación que compara los beneficios y los costes de una determinada acción regulatoria. Se utiliza tanto en procesos de autorización como en propuestas de restricción bajo el Reglamento REACH, así como en decisiones clave en el Reglamento de Biocidas.
Por ejemplo, cuando una empresa solicita autorización para seguir utilizando una sustancia del Anexo XIV, debe incluir un SEA para justificar que los beneficios de ese uso (económicos, sociales o técnicos) superan los riesgos. También es utilizado por la ECHA y la Comisión Europea en la fase de evaluación para analizar el impacto económico del uso de sustancias químicas y decidir si merece la pena seguir permitiéndolo.
Este análisis lo revisa el Comité de Análisis Socioeconómico de la ECHA (SEAC), que emite una opinión con gran peso en la decisión final.
¿Qué es un AoA (Análisis de Alternativas)?
El Análisis de Alternativas es el documento que demuestra si existen otras sustancias o tecnologías menos peligrosas que puedan sustituir a la sustancia en cuestión.
Las empresas que solicitan una autorización REACH deben presentar una AoA que incluya:
- Si hay sustancias alternativas que sean técnica y económicamente viables.
- Qué barreras existen (si las hay) para adoptar esas alternativas.
- Una comparación de riesgos entre la sustancia actual y las posibles sustitutas.
Si el análisis concluye que sí existen alternativas adecuadas, se debe presentar además un plan de sustitución detallado con medidas concretas y plazos de implementación. Esto cobra aún más importancia cuando la sustancia está regulada como sustancia candidata a sustitución en el marco del BPR, donde el análisis de alternativas es decisivo.
¿Por qué son tan importantes estos análisis?
Tanto el SEA como el AoA son componentes esenciales para demostrar el compromiso de una empresa con la seguridad, la sostenibilidad y la innovación.
Permiten:
- Aportar contexto más allá del riesgo toxicológico: empleo, costes, impacto ambiental global…
- Facilitar decisiones más equilibradas por parte de las autoridades.
- Preparar a la empresa ante futuras restricciones o cambios normativos.
- Aumentar las probabilidades de éxito en un procedimiento de autorización.
Además, un buen SEA puede inclinar la balanza a favor de la empresa incluso en casos donde el riesgo no está completamente controlado, y un AoA sólido permite posicionar a la empresa como proactiva en materia de sustitución.
¿Quién debe preparar un SEA o un AoA?
Los análisis los puede presentar:
- Una empresa individual, como parte de su solicitud de autorización REACH.
- Un grupo de empresas (en solicitudes conjuntas).
- La ECHA o un Estado miembro como parte de una propuesta de restricción.
En todos los casos, el contenido debe ser riguroso, bien documentado y en línea con las guías de la ECHA.
¿Necesitas ayuda para preparar un SEA o un AoA?
En ServiREACH trabajamos con empresas que deben enfrentarse a decisiones estratégicas en sus procesos regulatorios. Te ayudamos a:
- Identificar si necesitas un SEA o un AoA.
- Evaluar la disponibilidad de alternativas y sus implicaciones técnicas.
- Cuantificar el impacto económico y social de seguir usando una sustancia.
- Redactar informes sólidos alineados con los criterios de la ECHA y la Comisión Europea.